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Una verdadera fiesta de la fe vivieron durante la noche de este miércoles 17 y madrugada del jueves 18 de enero los peregrinos que llegaron hasta el Campus Lobito en la ciudad de Iquique. Y es que grandes demostraciones de religiosidad popular se manifestaron durante la Vigilia que se vivió a la espera de la llegada del Papa Francisco a la zona, su última parada antes de partir al Perú.
Es así que las Sagradas imágenes de la Virgen del Carmen de La Tirana, San Lorenzo de Tarapacá, San Juan Bautista de Calama y San José de Antofagasta, se hicieron presentes para dar vida al encuentro preparativo del gran momento eclesial del norte de Chile.
De esta manera, provenientes desde las regiones de Arica y Parinacota hasta Coquimbo, feligreses participaron de la santa Misa por Nuestra Señora del Carmen, Reina y Madre de Chile, que presidió el Santo Padre en la zona norte del país.
La alegría del Evangelio
Tal como lo ha repetido en variadas ocasiones, el Papa Francisco en su mensaje al pueblo iquiqueño manifestó que “el Evangelio es una constante invitación a la alegría. Desde el inicio el Ángel le dice a María: Alégrate (Lc 1, 28). Alégrense, le dijo a los pastores; alégrate, le dijo a Isabel, mujer anciana y estéril…; alégrate, le hizo sentir Jesús al ladrón, porque hoy estarás conmigo en el paraíso (cfr. Lc 23, 43)”.
Al respecto enfatizó: “¡Cómo saben ustedes de esto, queridos hermanos del norte chileno! ¡Cómo saben vivir la fe y la vida en clima de fiesta! Vengo como peregrino a celebrar con ustedes esta manera hermosa de vivir la fe. Sus fiestas patronales, sus bailes religiosos – que se prolongan hasta por una semana-, su música, sus vestidos hacen de esta zona un santuario de piedad popular. Porque no es una fiesta que queda encerrada dentro del templo, sino que logran vestir a todo el poblado de fiesta. Ustedes saben celebrar cantando y danzando la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante de Dios. Así llegan a engendrar actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción.
Iquique tierra de sueños
Además, el Santo Padre reparó en el significado de la palabra Iquique, “tierra de sueños – eso significa el nombre en aymara -; tierra que ha sabido albergar a gente de distintos pueblos y culturas que han tenido que dejar a los suyos, marcharse. Una marcha siempre basada en la esperanza por obtener una vida mejor, pero sabemos que va siempre acompañada de mochilas cargadas con miedo e incertidumbre por lo que vendrá. Iquique es una zona de inmigrantes que nos recuerda la grandeza de hombres y mujeres; de familias enteras que, ante la adversidad, no se dan por vencidas y se abren paso buscando vida”.
Finalmente, enfatizó: “estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta. Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes que no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla. Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias”.
Posterior a la celebración, el Vicario de Cristo tuvo un almuerzo con el séquito papal en la Casa de Retiros del Santuario Ntra. Sra. de Lourdes de los Padres Oblatos. En la jornada, igualmente, se reunió con víctimas de la dictadura, para luego iniciar su viaje al vecino país del Perú.
Peregrinos de la Arquidiócesis
A pesar de la lejanía, hubo representantes de la Arquidiócesis de La Serena en la santa Misa que tuvo lugar en el Campus Lobito, entre ellos los sacerdotes concelebrantes, P. Jorge Arancibia, Vicario del Limarí, P. Juan Carlos Godoy, vicario parroquial en Monte Patria, y P. Patricio Órdenes, quien atiende pastoralmente en la Iglesia San Juan de Dios de La Serena.
Presentes, también, algunos voluntarios papales y comunidades educativas. Entre ellos estuvo la señora Rosa Adaos, quien se preparó para vivir esta experiencia. “Venimos con todo el entusiasmo, la motivación a participar, a apoyar para que todo salga hermoso. Es algo único y creo que los jóvenes nos están dando una gran enseñanza a nosotros. Me llama mucho la atención la gran presencia de ellos, lo que llena mi alma de gozo”, destacó.
Por su parte, la Hermana Patricia Castillo, responsable de la pastoral del colegio “Santa María de Belén” de Sindempart, Coquimbo, indicó que “estamos muy felices de poder estar aquí, especialmente porque vienen los estudiantes de nuestro colegio. Ellos vinieron con mucha alegría y esperanza, sobre todo de poder experimentar y ser testigos de la fe de la gente de Iquique, la piedad de estas personas”.
En tanto, el P. Iván Roco, diocesano de Iquique pero originario de la localidad de El Peñón, sostuvo que “damos gracias a Dios por todo lo que nos ha tocado vivir. Recibimos a la Virgen del Carmen nuestra Madre, como también a San Lorenzo, demostrando gran devoción del pueblo chileno. Todo esto me hace revivir experiencias, porque muy cerca de mi lugar de origen celebramos igualmente a San Lorenzo, en El Manzano, y, a la vez, mi pueblo es el punto de partida de tantos peregrinos que suben hasta el Santuario de Andacollo”.
Fotografías: Fabián Martínez T.
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