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Con la presencia de autoridades civiles y militares, así como también de dirigentes y representantes de organizaciones sociales, junto a feligreses provenientes de las cuatro vicarías que conforman la Arquidiócesis de La Serena, se vivió el 16 de septiembre en el templo Catedral, la santa Misa con motivo de agradecer a Dios por un nuevo aniversario patrio.
Al iniciar la Eucaristía, representantes de voluntariados llevaron hasta el Altar arreglos florales, como signo de gratitud al Señor por las bendiciones otorgadas a nuestro país. Asimismo, una pareja de huasos chilenos llevaron en sus manos el Evangelio de Chile, graficando el Mes de la Patria y de la Biblia que se conmemora durante septiembre. Tras ellos, iban representantes de colonias extranjeras, con personas provenientes de Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador, quienes con banderas y trajes típicos de su país, evidenciaron la acogida e integración brindada a los hermanos migrantes en la zona.
Mensaje del Pastor
En su homilía, el Arzobispo llamó a los presentes a que “entremos decididamente en nuestro país a trabajar por una cultura de la solidaridad”, con el objetivo de “dar pasos firmes en la superación de una inaceptable desigualdad entre quienes tienen en demasía y aquellos que carecen aún de lo más elemental”, agregando que “no es menor el hecho que en nuestra región exista un gran número de personas y familias en condición de pobreza extrema. (…) Por tanto, no debemos considerar a la pobreza como una mera estadística, sino más bien comprender que es una situación social en la que urge realizar un trabajo mucho más profundo, implicando políticas publicas más efectivas, generando mayores y mejores empleos, al igual que un equitativo acceso a la salud y educación”.
En tanto, al momento de referirse a la construcción de la sociedad chilena, indicó que ésta se realiza “en mutua corresponsabilidad. Cada chilena y chileno tiene un don que aportar”, añadiendo también que “la promoción y la defensa de los derechos humanos son tarea de todos. Es también, así ha quedado fehacientemente demostrado en nuestra reciente historia patria, parte integrante de la misión de la Iglesia”.
Por otra parte, fue enfático en señalar que “todo lo que pudiéramos hacer por los adultos mayores, será de hondo significado, reconociendo en ellos su gran aporte a la familia, la sociedad y a la Iglesia. (…) El Estado tiene la responsabilidad primera en procurar leyes justas, en el sentido más amplio, a fin de que los adultos mayores puedan realizarse plenamente y atender a sus múltiples necesidades. Nos compete también a nosotros, como Iglesia, e igualmente a otras instituciones, colaborar en la medida de las posibilidades, al bienestar de los adultos mayores”.
Finalmente, Mons. Rebolledo se refirió a la situación migratoria en la zona, convocando a que “prosigamos acogiendo en nuestras comunidades a tantas hermanas y hermanos que han llegado a nuestras ciudades y pueblos con el objetivo de buscar una nueva oportunidad que les dé tranquilidad a ellos y a sus familias. (…) Miremos a nuestro alrededor y constataremos que tanto la región de Coquimbo como el país, se han construido también con el aporte inapreciable de hombres y mujeres de diversas nacionalidades, provenientes desde los cuatro puntos cardinales”.
Fieles y autoridades acogen desafíos
Al finalizar la celebración, autoridades presentes se refirieron a los desafíos planteados por Mons. René Rebolledo en su homilía. La primera de ellas fue Lucía Pinto, Intendente de la Región de Coquimbo, quien señaló “fue un mensaje muy claro, que destaco y acojo. El seguir trabajando por ser una región y un país más solidario, disminuyendo todas esas desigualdades que aún existen y por las cuales debemos seguir generando oportunidades, mayor cantidad de empleos y no olvidar el cuidado hacia nuestros adultos mayores. Es fundamental agradecer todo lo que ellos hacen, han hecho y seguirán haciendo por el crecimiento de nuestra región y país”.
En tanto, Richard Gajardo, Jefe Regional de la Policía de Investigaciones (PDI), destacó el llamado a la corresponsabilidad social que realizó el Pastor, indicando que “las distintas organizaciones e instituciones que componen nuestro país, tenemos una responsabilidad que está delimitada por la Constitución Política y por las diferentes leyes. Desde ese punto nosotros creemos que es importante cumplir con ese rol constitucional y, en este sentido, la PDI se suma a ese llamado, con el objetivo de apoyar con nuestro profesionalismo y con la responsabilidad de investigar los delitos, para contribuir en la construcción de una sociedad mejor, para que nuestros compatriotas puedan vivir en un país mucho más seguro”, enfatizó.
Finalmente, el P. Dikson Yáñez, Rector del Seminario Mayor “Santo Cura de Ars”, acogió el llamado del Arzobispo a tener una auténtica opción por la vida, indicando que “la familia es un taller donde se hace el principal y primer aprendizaje de los grandes cambios que queremos para el mundo. Si cada uno no prioriza en lo más pequeño la vida, en las circunstancias que a cada uno le toque vivir, no es una verdadera transformación. Pueden existir leyes o estructuras, pero si en la base no se vive lo que es realmente familia, ésta no se podrá hacer. Yo creo que ahí está la gran clave para hacer un cambio profundo y verdadero en nuestro quehacer cotidiano”.