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Provenientes de toda la Arquidiócesis, feligreses y consagrados se reunieron numerosamente en el templo Catedral para participar este miércoles 17 de abril en la Misa Crismal, Eucaristía que presidió el Arzobispo René Rebolledo Salinas y en la que tomaron parte los sacerdotes que sirven en las distintas parroquias y comunidades de las cuatro vicarías: Elqui, Limarí, Coquimbo y La Serena. En la oportunidad, se bendijeron los Óleos y se consagró el santo Crisma, que serán utilizados en las celebraciones de los sacramentos en parroquias, capillas y unidades eclesiales. Además, se celebró en forma anticipada el Día del Sacerdocio Ministerial, ocasión en que los pastores renovaron sus promesas presbiterales realizadas en el día de su ordenación.
En la santa Misa, el Pastor Arquidiocesano manifestó que esta “es una de las celebraciones más entrañables por la convocatoria al pueblo santo de Dios, representado significativamente en todos ustedes, queridos hermanos. En efecto, nosotros hoy aquí presentes, todos bautizados y confirmados, por tanto, discípulos y misioneros del Señor, somos parte de la Iglesia que peregrina en la región de Coquimbo, junto a los presbíteros, presididos y acompañados por su Pastor”.
De la misma manera, Mons. Rebolledo afirmó: “un día como este, vivido en íntima y profunda comunión nos ayuda en gran medida. Fortalece y da esperanza para seguir el camino con renovadas fuerzas. Sabemos y estamos conscientes que contamos con la ayuda, el consejo y la fidelidad de ustedes los laicos, los miembros del pueblo santo de Dios. En verdad, tengo mucho que agradecerles a todos ustedes y por varios motivos, pero ante todo por su fidelidad, demostrada patentemente en el entusiasmo, en la colaboración corresponsable en nuestras comunidades y en el incremento significativo del número de los agentes pastorales que se van formando y sirviendo generosamente, viviendo de este modo su discipulado misionero, redescubriendo con seriedad el compromiso del bautismo y la confirmación”.
Renovación de promesas
El P. Fernando Castro, párroco en San José de Algarrobito, comentó sobre el sentido que tiene renovar las promesas presbiterales realizadas en el día de su ordenación. “Para mí es reanimar el compromiso con la Iglesia, el Pueblo de Dios y la obediencia al Arzobispo. Hacerlo en esta celebración, donde participan feligreses y consagrados provenientes de todos los rincones de la Arquidiócesis, es dar testimonio del camino que seguí por vocación y amor a Jesús, sobre todo en estos tiempos dolorosos. Nos hace mirar a Cristo, confiar en Él y seguir el camino que nos señala”.
Por su parte, el P. Jorge Arancibia, párroco en Nuestra Señora del Carmen de Monte Patria, manifestó que “esta renovación es decir sí, una vez más, a todo lo que Dios nos ha regalado, sobre todo la vocación de servicio a la Iglesia. Es decir sí a nuestro compromiso con nuestro Pastor, al Papa y a la Iglesia que ellos representan. Es una bendición atender positivamente a este llamado”, puntualizó.