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Los diáconos permanentes que sirven pastoralmente en las diversas parroquias, capillas y unidades eclesiales de la Arquidiócesis, participaron de su segundo retiro anual, actividad que tuvo lugar en la casa de ejercicios El Tránsito entre este viernes 9 y domingo 11 de agosto.
En la ocasión, los consagrados vivieron diversos momentos, como Adoración al Santísimo Sacramento, oraciones y reflexiones personales y comunitarias, centrándose en el crecimiento espiritual, a cargo del P. Alberto Zambrana, director espiritual en el Seminario Mayor Santo Cura de Ars de la Arquidiócesis. “El trabajo que hemos revisado viene a apoyar el desarrollo en el espíritu de cada uno de los diáconos. El Señor dice que estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Estamos para iluminarlo y hacerlo presente en cada uno de los rincones. Ser luz para ser signos vivos de Jesús, llevándolo a todas partes. Por esto, debemos estar conectados a su voluntad, descubrir la misión y trabajar por ello. Todos somos discípulos sujetos a las enseñanzas del Maestro, moldeando el corazón según lo que Él nos dice, que es guía y meta para todos”, puntualizó el expositor.
Por su parte, Alex Robles, coordinador arquidiocesano de los diáconos permanentes, manifestó la importancia de tratar estos temas y como les aporta en su servicio pastoral. “Nosotros tenemos una misión en la Iglesia, pero a la vez, no debemos olvidar que somos esposos, padres y abuelos. En ese contexto, la oración es fundamental. Fortalecer el espíritu sirve para no olvidarnos de nuestro servicio pastoral y no ser absorbidos por el mundo cotidiano. Necesitamos ser luz en medio del Pueblo de Dios, dando testimonio y camino para continuar juntos en el sendero que Él nos va revelando”, destacó.
Cabe destacar que la actividad concluyó con la peregrinación al templo Catedral y posterior celebración de la Eucaristía, oportunidad en que participó la totalidad del cuerpo diaconal, presididos por el Arzobispo René Rebolledo Salinas.