Martes 27 de Agosto, 2019

P. Amith Anantharaj deja la Arquidiócesis en un nuevo desafío misionero

 


El sacerdote vicentino, quien trabajó pastoralmente por un año y seis meses en la parroquia “San Marcelino Champagnat” de Las Compañías, parte rumbo a Papúa Nueva Guinea.

El sacerdote originario de la India, perteneciente a la Congregación de la Misión (Padres Vicentinos), desempeñó funciones como vicario en la parroquia ubicada en la parte alta del sector Las Compañías en La Serena, desarrollando un trabajo misionero pastoral con cada una de sus comunidades. En estos días, recibió un nuevo llamado en su vida de vocación, desafío que toma con total tranquilidad para continuar entregando testimonio vivo del amor de Jesucristo, al igual como lo ha hecho en los últimos 14 años en tierras chilenas.

A continuación, les invitamos a leer la entrevista realizada horas previas a su partida al lejano país ubicado en el continente asiático.

¿Cómo fue la experiencia de trabajar pastoralmente en el sector de Las Compañías?

Cuando el Señor llama, hay que enfrentar lo que propone, Él es quien va poniendo las cosas en frente de cada uno, Él me llamó a servir aquí y estoy contento de este tiempo. Doy las gracias a Dios y a nuestra Madre Santísima, porque he encontrado muy buena gente, a quienes los quiero mucho y siento que me quieren mucho. Ese cariño me ha ayudado a trabajar bien con todos.

¿Cómo asume este llamado una nueva misión en su vida pastoral?

Desde el primer momento, el P. Pablo Vargas, quien fue mi primer formador, nos dijo que somos sacerdotes de la Iglesia. Es el Señor que nos llamó a servir donde Él quiere. Yo sigo el ejemplo de grandes santos, como San Francisco Javier o los Apóstoles, porque ellos hacen la voluntad de Dios sin pensar demasiado en los aspectos que ello conlleva, tan sólo lo hicieron. Al igual que ellos, yo estoy dispuesto a realizar mi servicio, porque fueron grandes misioneros que llevaron la madre Iglesia al confín de la Tierra. Con esa misma valentía, quiero ir a donde el Señor me mande y por eso asumo que este nuevo lugar será Papúa Nueva Guinea.

¿Qué aspectos destacaría de su estadía en la Arquidiócesis?

He vivido con mucha alegría la experiencia junto a los bailes religiosos. Me pongo a pensar cuando el pueblo fiel se acerca la Madre Santísima, al camino que nos lleva a Jesús, el cariño con el cual viven ese momento y esa entrega me hace dimensionar que tan grande sería en el Reino de los Cielos, con los ángeles tocando música al Señor. Yo lo sentí así, como ellos con total sencillez entregan todo lo que tienen y eso lo viví en estos años con los bailes religiosos aquí en la parroquia o cuando se juntaron en el parque Espejo del Sol, fue algo grandioso que me dio gusto vivir y que me llenó de alegría, con la cual ahora me iré a misionar.

Y ahora Padre, ¿qué desafíos se presentan en su vida misionera?

Estoy dispuesto. No sé a dónde iré o cómo será la parroquia que me corresponda misionar. Estuve leyendo un poco de la historia del lugar, sé que es un país con muchas tribus, que hablan diferentes idiomas, aunque en su mayoría inglés. Pero reitero, yo estoy dispuesto, donde nuestro Superior nos pida, iremos.

Los misioneros allá están sirviendo en la formación, que es el objetivo de nuestra congregación, la cual fue dispuesta por nuestro fundador, San Vicente de Paúl: formación del clero y de los laicos. Y es eso lo que se realiza en el lugar al que voy, además de realizar su misión en las parroquias, con muchas tribus, por lo tanto, en el lugar que Dios quiera, estaremos para servirlo a Él y su Pueblo.

¿Algún mensaje final que quisiera entregarle a los fieles de la Arquidiócesis?

Sigan con esta misma alegría que hemos compartido hasta ahora. La Iglesia, cuerpo de Cristo, no solo depende de los sacerdotes, pues los misioneros van y vienen y la misión continúa. He compartido con los adultos mayores, jóvenes, con quienes hemos formado la juventud mariano-vicentina, y también las familias. Me gustaría decirles que sigan con esa misma alegría, porque la Iglesia somos nosotros y con esa actitud tenemos que dar el testimonio de Cristo.


    
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