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En la Vicaría del Limarí se realizó el lanzamiento de la Misión Territorial para la Arquidiócesis de La Serena. Allí representantes de todas las parroquias y pastorales, asumieron el compromiso de llevar el mensaje de Jesús a las periferias y a mostrar su rostro misericordioso. En esta entrevista, el Arzobispo Monseñor René Rebolledo nos motiva a ser protagonistas de esta Misión.
¿Por qué la Iglesia nos pide un tiempo de Misión este año?
“Es necesario remontarnos a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe que tuvo lugar en Brasil, en la ciudad de Aparecida el año 2007. En la oportunidad el Santo Padre Benedicto XVI, confirmó en nuestras tierras la vocación de todo cristiano: ser discípulo misionero de Jesucristo. Tal llamado se ha concretado en la convocatoria a la Misión Continental, la que hemos asumido con diversas iniciativas, una de ellas, de las más trascendentales es la Misión Territorial, que hemos preparado con esmero para el año 2014. Es una iniciativa que solicita de todos los católicos en la Arquidiócesis una gran disposición para salir a anunciar el mensaje de la Buena Nueva a todos nuestros hermanos y tomar conciencia de que este anuncio es la misión permanente de la Iglesia”.
¿Qué debe tener de especial esta Misión?
“Se puede poner en evidencia algunos aspectos: es una convocatoria a todos, puesto que es un llamado a cada bautizado y confirmado, dado que todo cristiano es y debe ser discípulo misionero de Jesucristo. Se extiende a todas las instancias posibles, visitas a los hogares, poblaciones, juntas de vecinos, colegios e institutos de formación, “periferias existenciales”, como suele evocar el Santo Padre Francisco, etc.; la intención es que sea permanente, puesto que este año procuraremos abarcar algunos sectores de los ya mencionados, sin embargo, se prevé que serán muchos los hermanos que no alcanzaremos visitar. Es importante tener en prioridad a las personas que sufren y a grupos de hermanos en situación de pobreza y vulnerabilidad”.
¿Cómo se relaciona esta Misión con la vida diaria de la gente?
“Nos hemos propuesto “salir al encuentro de los hermanos”, esto significa, entre otros, que los visitamos para conocerlos, escucharlos y compartir con ellos el tesoro y la belleza de nuestra fe en Jesucristo Salvador. Obviamente, en cada encuentro, el acercamiento y el contacto humano son fundamentales. Sin duda, que tanto los misioneros, como las personas y familias misionadas se detendrán primeramente, en conocerse y dialogar acerca de la vida diaria, para luego entrar en los demás aspectos comprendidos en la visita. Como afirman las Orientaciones Pastorales para Chile, queremos ser una Iglesia que escucha, anuncia y sirve”.
¿A quiénes quiere misionar la Iglesia?
“A todos. Como hemos dicho, el desafío es enorme, lograr alcanzar a todas las personas, familias, instituciones, etc.”.
¿Cuál será el mensaje de los misioneros?
“La Arquidiócesis se ha propuesto “anunciar y compartir con todos que Jesucristo es fuente de Vida en abundancia”. Evidentemente hay otros aspectos del mensaje central que aparecerán en el diálogo fraterno, como por ejemplo estamos en las manos del Padre, Él nos ama ¡Él es nuestro Padre! Jesucristo es nuestro Salvador, Él es nuestro hermano ¡Renovemos juntos nuestro encuentro personal con Él! El Espíritu del Señor está actuando, en su Iglesia, en las comunidades y en las instancias diversas que surgen para dar a conocer a Cristo. ¡También en la cultura y en los desafíos de nuestros tiempos!”.
¿Cuál es su invitación para este tiempo de Misión?
“Convoco a los misioneros y misioneras a emprender el camino en nombre del Señor. Los invito a que asumamos juntos en toda su integridad nuestro discipulado misionero. ¡Éste es el desafío de nuestros tiempos! ¡Éste es el reto que nos plantea la Iglesia! Para ello el Señor nos llama; para ello el Señor nos habilita, para ello el Señor nos envía. Abramos las puertas de nuestros hogares, también las de nuestras parroquias y comunidades. Hagámoslo con plena confianza y con renovada esperanza. La Misión Territorial puede ser una oportunidad única para experimentar que Cristo Misionero me visita y nos visita en la persona de sus discípulos misioneros”.