Domingo 03 de Abril, 2022

“Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más” (Jn 8, 11)

 


En su tradicional columna de día domingo en diario La Región, el Arzobispo de La Serena reflexionó sobre el conocido texto “El perdón a la mujer adúltera”.

En este primer domingo de abril la comunidad cristiana celebra el 5° de Cuaresma. Estamos a las puertas de Semana Santa. En efecto, el próximo domingo 10 celebramos, Dios mediante, el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor. Siguiendo los pasos de Jesús, buscamos prepararnos en el mejor modo posible para acompañarlo en la memoria de su pasión, muerte y resurrección.

Se proclama en el santo Evangelio de hoy un texto conocido, el perdón a la mujer adúltera (cfr. Jn 8, 1-11). Los letrados y fariseos presentan a Jesús una mujer sorprendida en adulterio. La ley de Moisés ordenaba que fuera apedreada. Le preguntan a Jesús: “ tú, ¿qué dices?” (v. 5). Añade el autor: “Decían esto para ponerlo a prueba, para tener de qué acusarlo” (v. 6). El Señor escapa a la trampa: “El que no tenga pecado, tire la primera piedra” (v. 7). Añade el autor: “Los oyentes se fueron retirando uno a uno, empezando por los más ancianos hasta el último” (v. 9). Jesús le pregunta: “Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?” (v. 10). “Nadie, Señor” (v. 11), respondió la mujer. Perdonándola, Jesús la invita a cambiar de vida: “Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más” (v. 11).

Son variadas las perspectivas que nos ofrece este acontecimiento bíblico, para reflexionar y obtener enseñanza personal y comunitaria. Ante todo, podemos preguntarnos: ¿Para qué ha venido Cristo al mundo? ¿Cuál es el centro de su mensaje? ¿Qué importa verdaderamente en el camino de nuestro discipulado misionero?

Obtengamos -aunque someramente- el comienzo de eventuales respuestas. Ante todo, el Hijo de Dios ha venido para participarnos que su Padre nos ama, también Él nos ama. Su Padre siempre nos lleva en sus manos, demostrándonos amor, bondad y misericordia. También Él, como hermano nuestro, nos ama y ha entregado su vida por amor a nosotros extendiendo sus brazos en la cruz. ¡El centro de su mensaje es el amor! No ha venido Él para castigarnos o hacernos sufrir aún más por nuestras debilidades y pecados, sino a manifestarnos con su presencia, Palabras y obras que su Padre es rico en misericordia.

Este evangelio nos hace presente que también nosotros estamos llamados a transmitir a las hermanas y hermanos de camino -como a la actual generación de discípulos misioneros suyos- el mensaje de amor y misericordia, que es el corazón de la Buena Nueva.

Si al examinar nuestra vida constatamos que en numerosas ocasiones no hemos sido fieles ante el amor con que Dios nos trata, escuchemos una vez más las palabras del Señor: “Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante no peques más” (v. 11). Permita el Señor en su gracia que podamos experimentar siempre su amor, bondad y perdón. Que al mismo tiempo seamos generosos en amar, perdonar y tratar a los demás con misericordia.    


    
Comunicaciones Arzobispado de La Serena - Los Carrera 450 - Casilla 613- La Serena
Teléfonos: 51 2 216817
E-mail: arzolaserena@gmail.com - laserena@episcopado.cl