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Este viernes 6 de mayo, el Arzobispo René Rebolledo Salinas entregó su mensaje en vísperas del 4° Domingo de Pascua, conocido como Domingo del Buen Pastor y Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, indicando que se celebra también en este día a las Madres, razón por la cual las saludó “con afecto, gratitud y reconociendo su gran misión. Con semejantes sentimientos se encomienda a las Madres que el Señor llamó a su presencia, ofreciendo plegarias por ellas”.
Aprovechó la ocasión para agradecer a Dios por su relación de Pastor con su pueblo: “Él, en su condición de Buen Pastor, nos habla y alimenta domingo tras domingo. Su Palabra es vida, su Cuerpo y Sangre fortalecen nuestra vida, su entrega generosa hasta la muerte y su resurrección gloriosa son la vida perenne que debemos participar a las hermanas y hermanos de camino”.
Además, agregó que la madre “gracias a su gran vocación, está llamada a colaborar con el Señor acogiendo el don de la vida y custodiándola. Ella introduce a los hijos en el camino de la fe y el amor al Señor con su presencia, palabras y testimonio de vida. Ella enseña a rezar orando con y por sus hijos. En este día de especial significación las Madres oran por sus hijos y los hijos por ellas”.
Finalizó su mensaje invitando a la comunidad que presenten sus madres al “Señor de la vida, como también a la Virgen santa, la Madre de Cristo el Señor”, añadiendo que en esta petición Él “las bendiga, especialmente a las que por una u otra razón hoy están sufriendo. El Señor sabrá recompensar el don de su entrega generosa, como también los enormes sacrificios y desvelos ofrecidos por sus hijos y familia”.