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Con la alegría y fervor que los caracteriza, representantes de los Bailes Religiosos de la “Zonal La Serena”, vivieron la décimo novena versión del Encuentro de Bailes Religiosos (ENBRE) entre el jueves 30 de octubre y el sábado 1 de noviembre. Cabe destacar, que en la Arquidiócesis existen 6 zonas que convocan a los bailes religiosos, con una presencia numerosa de 130 organizaciones. En la oportunidad, los jóvenes y adultos representantes de las diversas agrupaciones de la zonal La Serena, transcurrieron días de reflexión, oración y compartir fraterno.
Durante la intensa jornada reflexionaron en torno a temas importantes, como son: el Discipulado Misionero, la Misión Territorial, el Valor de la Vida, entre otros. Asimismo, tuvieron momentos de recreación y esparcimiento, con el objetivo de conocerse más profundamente, puesto que por la gran cantidad de adherentes a los bailes religiosos, no es fácil encontrarse para un trato más cercano.
Además, al mediodía del viernes 31 de octubre sostuvieron un encuentro con el Arzobispo, Mons. René Rebolledo, oportunidad en que, mediante mensajes y proyecciones, dieron a conocer tanto sus principales actividades, como la historia de los Bailes más tradicionales de la zona. Por su parte, el Pastor Arquidiocesano los ha convocado a seguir con entusiasmo el camino que han recorrido sus queridos antepasados, de inserción, apostolado y misión, en la estupenda organización de los bailes religiosos con que cuenta la zonal de La Serena. Luego, les agradeció a todos por su compromiso en el apostolado y la Misión Territorial, instándoles a compartir, especialmente con otros jóvenes, la belleza de ser partícipes de esta experiencia tradicional que tanto acerca al Señor y a su Iglesia. Finalizó ofreciéndoles algunos particulares sobre los desafíos más importantes en nuestros días para nuestra patria.
El Enbre 2014 finalizó con la celebración de la santa Eucaristía en el Templo Catedral y la posterior procesión el sábado 1 de noviembre. Felices y entusiasmados retornan a sus hogares, como también a sus respectivos bailes, para compartirles el don de un encuentro grato con el Señor y con los demás adherentes a los bailes religiosos, especialmente de la zonal La Serena.
