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Camino a la cordillera, en la Provincia de Limarí, se encuentra el Valle del Río Grande, cuyo caudal está bendecido con un poco de agua, que sirve de ayuda para los habitantes de Carén y los pueblos aledaños. Sin embargo, la sequía ha repercutido a los crianceros y campesinos que dependen de sus animales y frutos de la tierra para vivir.
La visita del Arzobispo fue muy bien recibida por los fieles y habitantes de las comunidades ubicadas hacia el interior de la comuna de Monte Patria. Muy temprano por la mañana del sábado 20 de diciembre, los fieles de la Capilla “Nuestra Señora de las Mercedes” de Tulahuén colmaron la capacidad del templo para dar la bienvenida al Pastor, que llegó hasta la localidad en compañía del diácono permanente que está a cargo de la parroquia, Juan Carlos Verdejo, y del postulante a diácono, Gustavo Castillo.
Durante la celebración, 18 jóvenes y adultos de la comunidad recibieron el sacramento de la Confirmación, quienes durante dos años fueron preparados por la catequista Eugenia Manzano, quien muy emocionada manifestó que los nuevos confirmados tienen mucha sed de Dios y que desean ser testigos de Él.
Luego de un compartir fraterno con la comunidad, el Pastor Arquidiocesano continúo subiendo hacia la cordillera, hasta llegar al pueblo denominado “Las Ramadas de Tulahuén”, que está muy próximo a la frontera con Argentina. En el lugar se celebró la santa Eucaristía en la capilla “Nuestra Señora del Carmen”, oportunidad en la cual los fieles agradecieron la visita del Arzobispo, rogando a Dios por el don de la nieve y el agua. A la vez, también se oró para que la fe continúe incrementándose en este pueblo.
Al finalizar la jornada, Mons. René Rebolledo celebró la santa Misa en la sede parroquial, donde los fieles de distintas comunidades del sector repletaron el Templo. Asimismo, cerca de 100 jóvenes y adultos recibieron el don del Espíritu Santo en el sacramento de la Confirmación.
El Arzobispo agradeció a los fieles y responsables de las distintas celebraciones por el esmero y organización. Manifestó su alegría por el cariño y fe fervorosa que demuestran en cada comunidad y los animó para continuar caminando junto a Cristo en Misión Permanente, motivando a los más jóvenes a que estén dispuestos, siguiendo el ejemplo de nuestra madre la Virgen María, a decirle un fuerte y claro Sí al Señor.
