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Con la alegría de celebrar el día del Señor y bajo un espectacular día frente a las aguas tranquilas de Coquimbo, en la Parte Alta de la ciudad puerto las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús preparaban todos los detalles para dar inicio a una especial celebración eucarística.
Como es costumbre en la festividad de Pentecostés, debido a que la congregación fue consagrada al Espíritu Santo, las hermanas renuevan sus votos perpetuos y reafirman el SÍ al Señor, de servirle a Él y a su pueblo.
Con 36 años de vida y presencia en la Arquidiócesis se celebró la Eucaristía, presidida por Mons. René Rebolledo, quien fue acompañado por los sacerdotes; P. Ariel Robledo y P. Angelo Leita, y los seminaristas; Cristián Sánchez y Luis Díaz. Durante la celebración estuvieron presentes la Madre Gregoria Ciccarelli, fundadora de la congregación, Ana María Tapia, superiora de la casa de Coquimbo y 21 hermanas que sirven en nuestro país, tanto en la Arquidiócesis de La Serena, como en Cabildo y Santiago.
En la ocasión, además, las hermanas Silvia González y Mariana Cortés celebraron 25 años de abnegado servicio y dedicación en la congregación. “Siempre es una alegría renovar los votos, porque la vocación y la perseverancia son un don y regalo del Señor. Agradezco a Él y a la comunidad porque siempre me he sentido acompañada, lo que me llena de felicidad y gracia”, señaló la Hna. Mariana.
En tanto, la Hna. Silvia manifestó su gratitud e invitó a las jóvenes a escuchar el llamado del Señor, “no tengan miedo a responderle a Él, sean valientes y atrévanse a decir que Sí. Es un camino muy hermoso, no exento de dificultades, pero vale la pena seguir a Jesús”.