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Con profunda Fe, la comunidad católica de la Parroquia San Vicente Ferrer de Ovalle vivió la Semana Santa y el Triduo Pascual.
Esta celebración comenzó con el domingo de Ramos, en el Templo Parroquial y en las Capillas, las que fueron presididas por el padre Pedro la Paz y el Parroco, Padre José Luis Flores, para adultos y niños de catequesis.
Para el Jueves Santo, la eucaristía fue presidida por el Padre Pedro la Paz, la que incluyó el lavado de pies a las Legionarias (integrantes de la Legión de María). Luego se realizo la Adoración al Santísimo, en la que tomaron parte las comunidades y grupos, la que se extendió hasta la medianoche.
El Viernes Santo en la Parroquia San Vicente Ferrer e Ovalle se hizo la Liturgia de la Pasión, presidida por el Padre Juan Carlos Godoy, en la que se leyó la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo y luego de ella se realizo la Adoración a la Cruz, en donde todas las personas podían besar los pies a Cristo crucificado.
Al final del viernes se realizo el Via Crucis a cargo de la catequesis para niños, el que fue presidido por el Padre Pedro la Paz, con la colaboración de los niños y niñas de catequesis, en donde se dramatizo las 14 estaciones. Al concluir la estación 14 se dirigieron al Templo Parroquial en donde se realizo nuevamente la Adoración a la Cruz para todas aquellas personas que no asistieron a las a la primera de la tarde.
En el Sábado Santo se celebró por la noche la vigilia Pascual, presidida por el Padre Pedro la Paz, la que se inició con la bendición del Fuego y luego de ello se le incrustaron cinco granos de incienso, simbolizando las cinco llagas santas u gloriosas del Señor en la Cruz. Luego se dirigieron en procesión al colegio Santa María, donde se comenzó esta vigilia proyectando las lecturas y Salmos, para posteriormente cantar el Gloria y todos con sus velas encendidas alababaron al Señor resucitado.
El Domingo de Resurrección en todas las comunidades de la Parroquia San Vicente se celebró la Eucaristía de Resurrección, la que en el Templo Parroquia fue presidida por el Padre Pedro la Paz e incluyó un bautizo. En ella los presentes renovaron las promesas bautismales y encendió el Cirio pascual, para luego ser enviados todos a sus casas, alegres porque Cristo nuestro Señor ha Resucitado.
