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En la mañana de este viernes 27 de enero, se vivió un emocionante momento en el Hogar “Nuestra Señora del Rosario de Andacollo” de Las Compañías. Y es que presidida por el Arzobispo René Rebolledo Salinas, tuvo lugar en la capilla la Eucaristía por el 150° Aniversario de la fundación a nivel mundial de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, congregación religiosa que administra la mencionada casa de acogida para personas mayores.
La congregación fue fundada por el sacerdote, Siervo de Dios, Saturnino López Novoa, quien inició la obra con la ayuda de santa Teresa de Jesús Jornet, con el propósito de acoger a los ancianos más vulnerables en un ambiente familiar para atender sus necesidades materiales, de afecto y espirituales, es decir, hacer la realidad la consigna “Cuidar los cuerpos para salvar las almas”. En la actualidad, tienen presencia con sus hogares en los cinco continentes, con 205 comunidades que realizan su misión en 20 países
Para la Hna. Isabel Tapia, Superiora de la comunidad local, este hito representa “un privilegio para mí y todas las hermanas, por eso le agradecemos profundamente al Señor, viviéndolo en este espíritu, también en alegría y fraternidad. Nuestro desafío es continuar entregándole una mejor estadía a nuestros adultos mayores, mejorando su calidad de vida mientras esperan confiados en que Él les brinde el premio eterno”.
El Arzobispo en parte de su homilía manifestó “profunda gratitud a Dios. Él está siempre actuando, generalmente a través de personas. En un clima de oración, fundadoras y fundadores –contemplando también una necesidad en la Iglesia- descubren su voluntad y buscan de servirlo en las hermanas y hermanos. Hoy, en particular, agradecemos a la congregación de Hermanitas de los Ancianos Desamparados su presencia, apostolado y entrega generosa a lo largo de estos 150 años, desde la fundación de su comunidad religiosa. No podemos ni siquiera imaginar cuantas personas mayores han sido acogidas, tratadas con amor y gran bondad en los centenares de centros que regenta la comunidad religiosa. Los rostros alegres de las personas mayores que manifiestan su agradecimiento, es su mejor recompensa. El Señor las sabrá retribuir aún muchísimo más”.
Al final de la Eucaristía, en forma espontánea, el Arzobispo pidió a los residentes que en una palabra manifestaran sus sentimientos en este día. Fue un momento significativo y hermoso, pues se percibió el clima de fiesta y de gratitud a las Hermanas: “Saludos y felicitaciones, gratitud profunda, abrazo fraterno, muchas gracias por todo, que sigan siempre adelante con nosotros”, fueron algunas de las expresiones que manifestaron con fuerza y convicción quienes residen en el Hogar Nuestra Señora del Rosario de Andacollo de Las Compañías.
