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Las parroquias y comunidades inician el penúltimo mes del año con la solemnidad de Todos los Santos. Son admirables los sentimientos -especialmente de gratitud- que manifiestan los fieles a nuestros amigos los santos. Al tenerlos presente a ellos -como nuestros grandes intercesores-, es absolutamente necesario contemplar primero el misterio de Dios: ¡Él es todo santo! En su bondad infinita participa a los suyos de su santidad. En cada santa Misa, al finalizar el Prefacio, entonamos el himno: “Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo”.
Celebrar a los santos en este día, es dar gloria a la Santa Trinidad. El título santo (a) atribuido a personas indica que son hermanas y hermanos que han buscado identificarse con Cristo, procurando realizar la voluntad de Dios en su vida. ¡Ellos son nuestros amigos! En la presencia de Dios interceden por nosotros. Han experimentado las realidades y vicisitudes de la vida, sin embargo, procuraron vivir la vocación de cada bautizado a la santidad.
Los santos en la Iglesia son el mejor fruto del misterio de la Pascua del Señor. La veneración y alabanza, como la confianza y el amor que los fieles les tributan, finaliza en Cristo, que es “la corona de todos los santos, y por Él va a Dios, que es admirable en sus santos y en ellos es glorificado”, como enseña la Constitución Lumen Gentium, N°50. El Espíritu Santo suscita en la Iglesia santos y santas, fortaleciendo a cada cual en su vida y vocación. Ofrecen en su ejemplo un gran testimonio de cómo han seguido las huellas de Cristo, animando con ello a la entera Iglesia. En su vida de entrega al Señor, enseñan que es posible vivir en santidad, ayudan a la comunidad cristiana en su camino a la patria del cielo e interceden por las necesidades del pueblo peregrino.
El miércoles 2 conmemoramos a todos los fieles Difuntos. Este día nos recuerda nuestra condición: ¡Somos ciudadanos del cielo! La Pascua de Cristo, colma la esperanza de sus discípulos. Su victoria sobre la muerte, es la certeza para los creyentes de su vida para siempre en Él.
El martes 8 las comunidades dan inicio al Mes de María. Es una bella tradición que se vive también en los barrios, oficinas y en las familias. Finaliza el jueves 8 de diciembre con la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
El domingo 13 se vivirá en las comunidades la VI Jornada Mundial de los Pobres, bajo el lema “Jesucristo se hizo pobre por ustedes (cf. 2 Co 8,9)”. Invito cordialmente a conocer y reflexionar el Mensaje del Santo Padre para esta importante jornada, que hiciera público el 13 de junio de 2022, memoria de san Antonio de Padua (www.vatican.va, 14 - 6 - 2022).
El domingo 20 la comunidad celebra a Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo. En este día tenemos presente en la arquidiócesis a la Iglesia que sufre persecución por causa de la fe, en el Día de Oración por la Iglesia perseguida. Siendo lo más importante ofrecer la oración por estos hermanos nuestros, a fin de que perseveren en medio de tantas dificultades, discriminación y sufrimientos. En efecto, son miles los que han dado su vida en testimonio de la fe, profesando a Cristo Rey y Salvador. Acostumbramos realizar una colecta, en las parroquias, comunidades y otras instancias eclesiales, con la finalidad de ayudar a quienes sufren tales persecuciones. Invito a ser generosos en esta iniciativa, dando gracias porque en nuestro medio podemos libremente vivir la fe, seguir a Jesucristo, manifestarle nuestro amor, celebrarlo y también anunciarlo. Sentir dolor porque miles de hermanas y hermanos no cuentan con la libertad requerida para profesar la fe y seguir a Jesucristo. Después de la oración, el humilde aporte material, puede ser para ellos motivo de consuelo.
La solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo nos recuerda su propia afirmación ante Pilato: “Yo soy Rey, para esto he nacido, y he venido al mundo: dar testimonio de la verdad. Quien está de parte de la verdad escucha mi voz” (Jn 18, 37). Jesucristo es Rey, sin embargo, su realeza humana está encarnada en la sencillez, humildad y disposición al servicio. ¡Reinar es servir! ¡Quien reina sirve y quien sirve reina!
Para el sábado 26 he convocado a la 27° Asamblea Eclesial Arquidiocesana. Toman parte de esta importante instancia representantes laicos de todas las parroquias, como también de organismos de la arquidiócesis, movimientos apostólicos y nuevas comunidades, colegios católicos y afines, junto a religiosas y religiosos, diáconos y sacerdotes. Tiene, entre otros objetivos, el desafío de mirar el camino recorrido, dar gracias a Dios por ello, proyectando el nuevo año pastoral, que se inicia con el tiempo de Adviento.
Deseo a todos gran enriquecimiento en estos desafíos pastorales vividos en corresponsabilidad, Dios mediante.