La presencia del pastor fue cercana y constante desde el Viernes Santo, jornada en que participó del tradicional Vía Crucis que se inició en la capilla “Francisco Palau” y concluyó en la sede parroquial, donde posteriormente se celebró el Oficio de la Pasión del Señor.

Ya el Sábado Santo, Mons. Enrique presidió la solemne Vigilia Pascual, una emotiva celebración en la que cuatro adultos de la comunidad recibieron los sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo, primera comunión y confirmación, marcando un momento de especial alegría para toda la comunidad parroquial.

Finalmente, el Domingo de Resurrección, el obispo auxiliar volvió a compartir junto a los fieles para celebrar la Pascua del Señor y la fiesta patronal de la parroquia, animando a todos a vivir con esperanza la alegría de Cristo Resucitado.

La comunidad agradeció profundamente la cercanía de Mons. Enrique durante estos días tan significativos, valorando su presencia constante y sus palabras de aliento, que fortalecieron el espíritu de unidad y compromiso en la fe.