Negarse a sí mismo, cargar con la cruz y seguirlo

En este primer domingo de septiembre la comunidad cristiana celebra el
22° del tiempo Ordinario. En las celebraciones eucarísticas tendrá presente
particulares de gran relevancia pastoral, entre ellos, el comienzo del “Mes de
la Palabra” y la “Jornada de los Migrantes y Refugiados”, con la Colecta
INCAMI (Instituto Católico Chileno de Migración).
La Comisión Arquidiocesana Animación Bíblica de la Pastoral, ha
preparado un bello y desafiante programa para este Mes de la Palabra, cuya
finalidad es promover una renovación en todos los feligreses en el amor por la
Palabra de Dios. Ella es central en nuestras celebraciones, las ilumina y les
proporciona sus contenidos. El anhelo es que, conociendo más profundamente
la Palabra, podamos amar con mayor intensidad a Cristo presente en ella.
Concluye hoy la Semana de los Migrantes, que iniciamos el pasado 27
de agosto. La Comisión Arquidiocesana Pastoral Migrante, junto a la Oficina
de Atención a los Migrantes, preparó un nutrido programa, bajo el lema: “Para
muchos hoy, migrar es la única elección”. Estas actividades tienden a los
siguientes objetivos: Proseguir preparando a las comunidades para brindar la
acogida debida a los migrantes, por nuestra propia condición de migrantes,
dado que la Patria definitiva es el cielo; compartir con ellos la vida, la cultura
y los valores, tanto lo que poseían en sus países de procedencia, como cuanto
nosotros pudiéramos ofrecerles; favorecer su acogida también en ámbito
eclesial.
Se realiza en este domingo la Colecta INCAMI, con sede en Santiago. El
Instituto realiza una hermosa labor de acogida, acompañamiento, formación y
otros servicios pastorales a migrantes. Con nuestra Arquidiócesis han sido
generosos en aportar con personal, tanto en jornadas como en conferencias
formativas. Invito a retribuir tanta bondad colaborando con nuestro aporte
monetario en este domingo, cuando se nos solicite.

La comunidad cristiana acoge hoy el Evangelio de Mateo 16, 21-27. Es
el Primer anuncio de la pasión y Resurrección de nuestro Señor. Impresiona
la reacción de Pedro que no imagina fracaso semejante ante el anuncio del

Señor: “¡Dios no lo permita, Señor, ¡no te sucederá tal cosa!” (v 22). Fuerte y
clara es también la respuesta de Jesús, una de las palabras más duras que
oímos de su boca: “¡Aléjate, Satanás! Quieres hacerme caer. Piensas como los
hombres, no como Dios” (v 23). Luego, el Señor proclama la célebre frase,
ampliamente conocida: “El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo,
cargue con su cruz y me siga. El que quiera salvar su vida la perderá; pero
quien pierda la vida por mi causa la conservará” (vv 24-25).
Como a Pedro y a los discípulos del Señor en todos los tiempos -
también a nosotros- no es tarea fácil asumir el sufrimiento, los dolores,
padecimientos y la muerte. Sin embargo, el llamado del Señor es claro:
Negarse a sí mismo, cargar la cruz y seguirlo. El recuerda a los discípulos de
ayer y de hoy, lo que es prioritario en la vida: “¿De qué le vale al hombre
ganar todo el mundo si pierde su vida?, ¿qué precio pagará por su vida?” (v
27). Lo más importante es vivir la vida de cara al Señor, centrada no en
nosotros mismos sino en Él. Qué su misterio de amor convierta nuestra vida
verdaderamente, viviendo para Él y a causa de Él por los demás.
Manifestamos en este día nuestra disposición a seguir la senda que el
Señor nos trazara, procurando cumplir su voluntad, también en los días de
dolor y sufrimiento, de sacrificio y desolación. ¡Que Él nos fortalezca!

“Manifestamos en este día
nuestra disposición
a seguir la senda
que el Señor nos trazara,
procurando cumplir su voluntad,
también en los días de dolor
y sufrimiento,
de sacrificio y desolación.
¡Que Él nos fortalezca!”