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La señora Cecilia Rivera vive en el pueblo de “El Quillay”, al interior de Punitaqui, por lo que se levantó muy temprano para llegar hasta la sede parroquial, lugar donde tendría la oportunidad de reunirse con el Arzobispo René Rebolledo. Este trayecto lo realiza cada último viernes del mes, junto a su amiga María Ramírez, con motivo del encuentro que sagradamente congrega al Consejo Parroquial.
Si bien el Pastor Arquidiocesano ya conocía la parroquia, dado que había sostenido un encuentro con el párroco en dependencias de la comunidad, ésta fue su primera visita oficial. La razón primordial de la visita, en la que pudo compartir con la comunidad que llegó desde diversos pueblos para saludarlo, fue la celebración de la Eucaristía, en compañía del párroco Pbro. José Pérez, en la que 50 jóvenes y adultos recibieron el sacramento de la Confirmación.
En su homilía, Mons. Rebolledo agradeció la recepción de los fieles y los instó a hacer especial oración para que se terminen los años de sequía que tanto afectan a la zona. Además, felicitó a quienes recibieron el Don del Espíritu Santo, invitándolos a vivir con alegría su fe hasta el último día de su vida, porque “la Confirmación es un regalo del Señor, el cual recibimos en nuestro corazón, pero no para dejarlo guardado sino para que lo vivamos, que actúe en nosotros y que nos haga, siempre más, fieles discípulos misioneros del Señor”, destacó.
En tanto, Pamela Ángel manifestó su alegría por recibir el sacramento luego de una larga preparación, indicando que fue “un proceso difícil, pero que significó un crecimiento personal, ya que tuve la gracia de acercarme más a Dios, quien me fortalece en el día a día”.
Por su parte, el P. José Pérez tuvo sentidas palabras de gratitud por la visita del Pastor Arquidiocesano, destacando su preocupación por la sequía, situación delicada que se acrecienta en la comuna, ya que existen pueblos como Los Quiles, El Quillay, Manquehua, La Centinela, entre otros, que prácticamente ya no tienen un recurso tan vital como es el agua. “Estamos abocados a poder contribuir para paliar la sequía que nos afecta. Esperemos que ésta se convierta en un motivo solidario, que nos una como Iglesia para poder ayudar a esos pueblos que el día de hoy dependen de camiones aljibes para recibir algo tan básico como el agua para el consumo diario”, enfatizó.
Una vez finalizada la Eucaristía, los catequistas y agentes pastorales tuvieron un compartir fraterno con el Arzobispo, oportunidad en la cual dieron a conocer su trabajo en la parroquia y se comprometieron a continuar entregando sus conocimientos, para que su fe haga florecer la espiritualidad y el amor a Dios en la comuna de Punitaqui.
