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Globos, gritos, bailes y competencias. De esta forma niños y jóvenes estudiantes del colegio “Nuestra Señora de Andacollo” de los Hermanos Maristas, que está ubicado en el sector Las Compañías, celebraron la “fiesta” del establecimiento. A diferencia de otros centros educativos, el motivo no fue un año más desde su fundación, sino que conmemoraron un nuevo aniversario de la pascua de san Marcelino Champagnat, santo patrono de la congregación.
Misma alegría se vivió a un costado del colegio, lugar donde se emplaza la única parroquia en Chile que está bajo la advocación del santo francés, pues la comunidad se congregó en el templo para la celebración de la Eucaristía, que fue presidida por el Arzobispo René Rebolledo, en compañía del párroco, R.P. Jorge Marín.
Minutos antes de la celebración, los estudiantes y fieles escribían su saludo sobre un lienzo que tenía la foto de san Marcelino junto al lema “Qué deseamos para nuestra comunidad”, el cual fue presentado junto a los dones de Pan y Vino. Asimismo, al comienzo de la santa Misa se realizó un homenaje a los Hermanos, Pedro, Agustín, Patricio y Luis, quienes integran la comunidad que guía el colegio y, además, acompaña espiritualmente a la parroquia.
Al finalizar la santa Misa, el Hno. Agustín destacó una de las enseñanzas que dejó san Marcelino y que en la actualidad bien se puede aplicar. “En una carta pedagógica, que envío a un hermano que tenía muchos chicos en clases y algunos de ellos eran un poco rebeldes, señalaba: dígale a sus alumnos que Jesús y María los quieren mucho y a todos. A los que ya son buenos, porque se parecen a Jesucristo, y a los que aún no lo son, porque llegarán a serlo. Es una frase que llama a la reflexión, sobre todo cuando cotidianamente acompañamos a niños y niñas que, por diversas razones, no tienen buen comportamiento y él nos llamó a que tuviésemos paciencia y esperanza, porque algún día actuarán a ejemplo del Señor”, indicó.
En tanto, el Hno. Pedro manifestó: “nuestro fundador bien nos enseñó a complementar nuestro trabajo con la oración. En el fondo ver al Señor en la realidad e iluminarla con la Palabra de Dios. Por tal razón, siempre intentamos transmitir a nuestros estudiantes, no tan sólo con palabras sino también con hechos, que somos una familia”.
Por su parte, el P. Jorge agradeció la compañía y labor pastoral que desarrollan los Hermanos Maristas tanto en su parroquia, como en la Arquidiócesis. “Ellos han sido unos grandes transmisores del espíritu de san Marcelino, de mirar y ayudar a los otros, especialmente a los que más sufren y necesitan”, sostuvo el sacerdote.
