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Este jueves 15 de agosto y por segundo año consecutivo, las parroquias “San Juan Bautista” del sector San Juan, “María Reina de los Apóstoles” de Pan de Azúcar, “Cristo Resucitado” de Tierras Blancas y “Santísima Trinidad" de Peñuelas, todas de la Vicaría de Coquimbo, vivieron la peregrinación al Cerro de la Virgen, ubicado en el cruce de Pan de Azúcar con La Cantera, con motivo de celebrar la Asunción de la Santísima Virgen María.
Bajo el lema “Que Ella renueve tu juventud con la fuerza de tu plegaria” feligreses de las mencionadas comunidades encomendaron su fe y esperanza a la Madre de los cristianos con la celebración eucarística en la cima del cerro. En la ocasión, el P. Ariel Robledo, párroco de "San Juan Bautista" se refirió al origen de esta iniciativa. “De la parroquia todos los años van niños de catequesis a celebrar este día, ahora nos juntamos las cuatro parroquias para hacerlo, peregrinamos, subimos y vivimos un momento muy fraterno donde celebramos el día de su Asunción al cielo. Todos juntos subimos hasta la cima para celebrar la presencia de la Virgen María entre nosotros”, destacó el sacerdote.
En tanto, el P. Francisco Mesa, párroco de “María Reina de los Apóstoles” de Pan de Azúcar, manifestó que ellos “como comunidad eclesial, celebramos con mucha alegría la Asunción de la Virgen María a los cielos, es un dogma de la Iglesia que ya ha cumplido más 150 años y Ella siempre ha estado presente en la vida de todos nosotros, lo que hacemos es como una manera de ascender junto a nuestra Madre, subir lentamente hasta llegar a la cima, después de la Eucaristía las familias compartieron y celebraron todos juntos esta hermosa fiesta".
Del mismo modo, Gladys Véliz, catequista de adultos de la parroquia "Santísima Trinidad" del sector Alto Peñuelas, comentó sobre la experiencia vivida durante la jornada. “Esta es la primera vez que vengo, todo fue verdaderamente maravilloso, ver como los papás, mamas, jóvenes, adultos y niños participan de algo tan maravilloso que es la fe a la Virgen María. Es sacrificada la subida, pero a la vez relajante, uno termina llena de gozo al encontrarse con tantas personas que conozco, porque soy catequista desde hace muchos años. Puedo decir que esta fue una gran experiencia”.
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