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El próximo 11 de septiembre se celebra en Venezuela la festividad en honor a Nuestra Señora de Coromoto, patrona de ese país, por lo que gran cantidad de venezolanos residentes en la zona participaron en la Eucaristía dominical de mediodía en el templo Catedral, con motivo de encomendar su vida, familia y el porvenir, a la santísima Virgen, santa Misa que presidió el Arzobispo René Rebolledo Salinas.
La Virgen se le apareció hace 368 años al Cacique de los indios Coromoto de las Tribus de los Cospes, quien al querer atraparla quedó con la Sagrada Imagen de 2,5 centímetros de alto por 2 centímetros de ancho en sus manos, la que actualmente se encuentra expuesta para su veneración en la Basílica Menor del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto, en la ciudad de Guanare, lugar de la aparición.
“En nuestro país tenemos varias advocaciones marianas, como la Virgen de Chiquinquirá, de la Pastora, del Valle y de Coromoto. Está última es una de las más antiguas y fue consagrada como la patrona de Venezuela. Simboliza la unión de todas sus regiones bajo una misma fe católica. Nos hace creer en que la situación mejorará y tendremos un mejor futuro como nación. Somos una colonia muy unida y queremos compartir esta devoción a la Madre de Jesús, no solo con nuestros compatriotas o extranjeros en la zona, sino también con la comunidad local”, expresó Laymel Núñez, venezolana organizadora de la celebración.
Coquimbo
Otro de los sectores con gran presencia de venezolanos e inmigrantes de diversas nacionalidades es la ciudad puerto. Por ello, es que en la parroquia “San Juan Bautista” también se manifestará la devoción a la Virgen de Coromoto con una santa Misa, la que se efectuará el próximo sábado 14 y que será presidida por el P. Ariel Robledo, administrador parroquial del lugar. “Desde el año pasado, motivados principalmente por las Orientaciones Pastorales Arquidiocesanas 2015-2022, es que venimos trabajando con la Pastoral de Migrantes, bautizada con el nombre de Refugio de Belén. Este año hemos querido darle un impulso, reuniéndonos cada 15 días a orar, compartir y fraternizar, actividades a las que se han sumado numerosos venezolanos, que son la mayoría, así como también cubanos, colombianos, entre otros. La idea es acompañarlos en esta fiesta importante para ellos y su país, darles apoyo y atención pastoral como Iglesia”, comentó el sacerdote.
