Domingo 30 de Abril, 2023

En el domingo del Buen Pastor

 


Junto con su reflexión habitual en su columna dominical, el Arzobispo René Rebolledo saludó a "todas las trabajadoras y trabajadores deseándoles la bendición del Señor y la realización plena de sus aspiraciones".

La comunidad cristiana celebra hoy el 4° domingo de Pascua conocido como Domingo del Buen Pastor, por el Evangelio que se proclama de Juan 10, 1-10 y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que se celebra anualmente en este día.

El texto en referencia nos presenta a Cristo como el Buen Pastor y también la Puerta de acceso para pastores y ovejas. Son numerosas las perspectivas que ofrece el título de pastor y la connotación de puerta, por donde entrar y salir. Ante todo las palabras de Jesús se aplican a los pastores, quiénes entran por ella como pastores legítimos. Los que no cruzan tal puerta el Señor mismo los compara con ladrones y asaltantes, a quiénes las ovejas no los escucharon: “el que no entra por la puerta al corral de las ovejas, sino saltando por otra parte, es un ladrón y asaltante. El que entra por la puerta es el pastor del rebaño. El cuidador le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca. Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas le siguen; porque reconocen su voz. A un extraño no le siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños” (vv 1-5).

¡Cristo Jesús es la Puerta! Él es el enviado por Dios nuestro Padre. Él es “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Él es la Puerta para tener acceso al Padre. ¡En Él hay salvación! Él es quien nos invita a entrar en el Reino del Padre. En Él está el sentido y la plenitud de la vida. Por ello, es preciso oír su voz, seguirlo y formar parte de su comunidad de discípulos misioneros.

En este domingo del Buen Pastor damos gracias a Dios en comunidad por el pastoreo de nuestro Señor en relación con todos nosotros. Él, en su condición de Buen Pastor, nos habla y alimenta domingo tras domingo. Su Palabra es vida, su Cuerpo y Sangre fortalecen nuestra vida, su entrega generosa hasta la muerte y su resurrección gloriosa son la vida perenne que debemos participar a las hermanas y hermanos de camino.

Damos gracias a Dios por el don de nuestra vida y la hermosa vocación que Él nos ha regalado y le pedimos por todas las vocaciones que “ha sembrado a manos llenas en el campo de su Iglesia” (cfr. Misal Romano, Por las Vocaciones a las Sagradas Órdenes, oración después de la comunión, p.992), vocaciones laicales, de religiosas y religiosos, de diáconos permanentes y sacerdotales.

Mañana -lunes 1 de mayo- celebramos a san José Obrero, en el Día de las trabajadoras y trabajadores. Les tendremos presente en la celebración de la Eucaristía, en las parroquias y comunidades. A Dios las gracias por hacernos partícipe de su obra creadora. Nos corresponde seguir adelante respetando su huella y atendiendo a la finalidad de la creación. Sin duda, el trabajo es uno de los aspectos fundamentales en ello. Gracias a todas las personas que con su trabajo -la obra de sus manos- tantas veces sencillo y humilde, nos ayudan significativamente en nuestro camino de vida. Pensamos con gratitud a nuestros padres que con su esfuerzo, dedicación y amor por nosotros nos han criado, educado y ayudado a desenvolvernos en la vida. Agradecimiento a quienes sirven con su trabajo al bien común, frecuentemente en forma anónima. Gracias también a los que ejercen un trabajo complejo, en horarios y responsabilidades que comportan mayor sacrificio. Rezamos igualmente por quienes no cuentan con una fuente laboral digna y estable, para el sustento personal y el de los suyos. El Señor fuente de todo bien, los asista en sus necesidades e igualmente nuestro compromiso solidario ayude en el cumplimiento de sus anhelos.

Saludo a todas las trabajadoras y trabajadores deseándoles la bendición del Señor y la realización plena de sus aspiraciones. Los encomiendo a Jesús, el Buen Pastor, solicitándole puedan encontrar plena realización en su vocación y en la hermosa tarea que Él les ha confiado. San José Obrero, su santo patrono, custodie a todas las trabajadoras y trabajadores.


    
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