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También la santa Eucaristía fue un testimonio conmovedor de la unión y expresión de gratitud de las tres comunidades educativas. En comunión honraron la memoria de las Hermanas y su enorme contribución al desarrollo y fortalecimiento de familias y, en general, a gran parte de la sociedad en La Serena y Ovalle.
Marcia Piña Aguilar, Directora del “Colegio Providencia” de La Serena, expresó la importancia de este acontecimiento, destacando cómo la Congregación ha sabido adaptarse y renovarse a lo largo de estos 170 años, para proseguir siendo relevante en su contribución a la sociedad, como también en la misión evangelizadora. Subrayó el aporte de las Hermanas de La Providencia, transmitiendo de generación en generación la vocación de servicio y colaboración con los más vulnerables.
Carmen Michea Cortés, Directora del “Colegio Sagrados Corazones” de La Serena, compartió la riqueza histórica y los hitos que perduran en la memoria colectiva de la Región y de otras ciudades, gracias a la labor de las Hermanas.
María Martínez Salas, Directora del “Colegio La Providencia” de Ovalle, subrayó que las Hermanas en su vocación de servicio han procurado a lo largo de estos años, como también en el presente “amar y ayudar al que sufre y al más vulnerable”.
170 años de una historia de servicio que deja una profunda huella, particularmente en la Región de Coquimbo. Este feliz aniversario, sin duda, renueva a las comunidades educativas Providencia en el fervor para proseguir sirviendo a tantos estudiantes, como a padres y apoderados, en el espíritu que se resalta en la memoria –atentos a los signos de los tiempos- para responder hoy a los nuevos desafíos que presentan los cambios culturales, particularmente a la educación.