|
|
Tweet |
|
Algo nerviosa y emocionada la señora Margalida Areyuna corre de un lado para otro asegurando que todo esté listo para que comience la celebración. Emocionada, la sacristana de la parroquia “San José Obrero” de La Antena aún recuerda con cariño aquel 1 de mayo de 1990. “Fue un día muy hermoso en el que dimos gracias a Dios. Porque yo vi todo el sacrificio que hizo el P. Rogelio junto a toda la comunidad. Llegué a trabajar cuando comenzaron a sacar las piedras y limpiar el terreno que fue donado por la familia Albasini, donde me encomendaron la tarea de servir las onces a todas las personas que con mucho esfuerzo edificaron esta hermosa obra”, comentó.
Varios han sido los sacerdotes y hermanos franciscanos que han servido en la comunidad que da gracias a Dios al celebrar sus bodas de plata. “El P. Rogelio, el P. Pablo, el P. Leonardo, el P. René que hoy nos acompaña, las hermanas, los padres mexicanos y tanta gente ha servido en esta parroquia, aportado con su granito de arena. Muchos de ellos ya no están con nosotros, pero deben estar de fiesta en el cielo alegrándose porque hoy cumplimos 25 años de misión”, indicó profundamente emocionada la señora Margalida.
Termina la conversación y nuevamente vuelve a correr, esta vez para tocar las campanas que indican que es hora de iniciar la procesión por las principales calles de La Antena. Escoltado por los bailes religiosos “Diamantes Hijos del Sol” y “Pieles Rojas de La Antena”, la imagen de su santo patrono, San José, es saludada por los vecinos y transeúntes que a esa hora llegaban a La Serena, provenientes del Valle de Elqui o el aeropuerto.
Posteriormente, cientos de fieles colmaron la capacidad del Templo para celebrar la Eucaristía, presidida por el Arzobispo Mons. René Rebolledo en compañía de los sacerdotes y hermanos franciscanos, diáconos permanentes, acólitos y amenizada por un hermoso coro que se preparó para la ocasión.
Fr. Isauro Covili, párroco desde hace 4 años, manifestó su alegría tanto por los años de paz y bien que ha recorrido la comunidad, como por la especial novena con que las capillas se prepararon para la fiesta, encuentros que fueron inspirados por el lema del Papa san Juan Pablo II recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y abrirnos con confianza al futuro. “Hoy tenemos sencillamente sentimientos de agradecimiento a Dios por todo lo que Él ha hecho en esta comunidad cristiana. Los fieles de esta parroquia cuentan con una gran vitalidad, empuje y dimensión misionera que los caracteriza. Cada vez se suman más hermanos para anunciar a Jesús”, enfatizó el P. Isauro.
Al finalizar la santa Misa se dio paso a un compartir fraterno, en el que se entregaron reconocimientos a los distintos agentes de pastoral que por años han servido incondicionalmente a la comunidad. Asimismo, se leyeron saludos de hermanos que no pudieron asistir, pero que formaron parte importante en el camino de fe de la parroquia, entre los que destacó el de su primer párroco, el querido P. Rogelio.
