Lunes 05 de Octubre, 2015
“Fiesta Chica” en Andacollo

Fieles encomiendan dolores y alegrías a Virgen del Rosario

 


Plegarias por las víctimas y damnificados del terremoto y tsunami marcó la celebración en el principal Santuario de la Arquidiócesis.

Cerca de 70 mil peregrinos llegaron al Santuario “Nuestra Señora del Rosario de Andacollo” y, en esta ocasión, las mandas personales fueron acompañadas por una plegaria común: pedir a la Virgen Santa la protección y consuelo para los damnificados del reciente terremoto y tsunami que afectó a la región de Coquimbo. “Hoy vengo a pedirle a nuestra Madre que nos siga dando su bendición, la que siempre nos ha dado y sentimos a pesar de todas las vicisitudes que tiene la vida. Pero especialmente en esta oportunidad no tan sólo vengo por mí, sino que también encomiendo a todas aquellas personas que están sufriendo, para que con su manto protector la Virgencita les de la fuerza necesaria para salir adelante después de esta gran tragedia”, enfatizó don Pedro Olivares, peregrino proveniente de la ciudad puerto.

Como él, numerosos fieles se apostaron en la plaza de la ciudad minera ubicada al frontis de la Basílica Mayor, lugar que, por motivos de seguridad, fue especialmente preparado para celebrar la Eucaristía Solemne, presidida por el Arzobispo, Mons. René Rebolledo, en compañía del Rector del Santuario, P. Eduardo Huerta, y que contó además con la presencia de sacerdotes provenientes del extranjero, como de las Arquidiócesis de “San Juan de Cuyo” de Argentina, “Diamantina” de Brasil y “San José” de Costa Rica.

En su homilía el Pastor Arquidiocesano destacó: “Este año venimos ante el Altar del Señor y ante la imagen de la Santísima Virgen del Rosario, profundamente conmovidos por el terremoto del pasado 16 de septiembre. En esta gran prueba somos testigos del espíritu solidario de nuestro pueblo, que se ha expresado en múltiples gestos de cercanía y fraternidad. Cómo no agradecer también la unión espiritual y la oración de tantos hermanos de nuestro país y del extranjero. Desde nuestro principal Santuario animamos a los hermanos que sufren a no desfallecer en la prueba y el dolor. Que sigan contando con la cercanía y solidaridad de su Iglesia. Que sigan contando con la oración de su comunidad”.

Por la tarde, al son de los instrumentos y danzas de los tradicionales Bailes Religiosos, junto a la profunda reflexión del pueblo de Dios que saludaba a su chinita, se realizó la procesión por las principales calles del pueblo andacollino, cuna de vocaciones, aposento de fervorosa religiosidad popular y hogar de la patrona de la Arquidiócesis de La Serena.

“Toda la cofradía de los Bailes Religiosos venimos hoy con la intención de orar por la gente que está sufriendo; quienes perdieron sus casas a causa del maremoto y también de aquellos que padecen alguna enfermedad que les impide subir al Santuario. Nosotros con la danza, que ofrecemos por amor al Señor, somos sus mensajeros ante nuestra Madre, para que Ella los proteja y acompañe”, manifestó Horacio Rojas, Jefe del baile “Águila Dorada” de Coquimbo y Segundo Cacique de los bailes religiosos de la Arquidiócesis.

Jóvenes solidarios y peregrinos

Amanecía el 17 de septiembre y miles de jóvenes ya estaban apostados en los sectores más afectados por la catástrofe que azotó al país. Esa misma fuerza juvenil, que los convocó a solidarizar día y noche, los motivó en esta oportunidad  para comenzar, la tarde del sábado 3 de octubre, su peregrinar desde el sector de “El Peñón”, para llegar al apreciado destino, el Santuario de Andacollo, la mañana del domingo 4.

Ocho de la mañana y las campanas sonaron, no era un llamado del profesor para entrar a clases, sino que el Maestro, Jesucristo el Señor, los invitaba a participar de la Misa juvenil, que este año fue celebrada por el Pastor, Mons. Rebolledo, en compañía del P. Juan Rivera, asesor de Pastoral Juvenil en la Vicaría de La Serena, y el P. Ariel Robledo, Asesor Arquidiocesano de Pastoral Juvenil, quien señaló: “este año quisimos estar en sintonía con aquellas personas que a causa del terremoto y tsunami han perdido sus bienes, orando igualmente por los miles de voluntarios que solidarizaron con los afectados entregando además de una ayuda material, compañía espiritual”.

“Venimos hasta el Santuario para agradecer a la Virgen por todo el bien que nos ha otorgado. El largo caminar se nos hizo muy liviano, puesto que en todo momento se lo ofrecimos a nuestra Madre Santísima y a nuestro Padre celestial. Asimismo, esta entrega fue por aquellas familias a quienes estuvimos acompañando en el sector Baquedano y que se transformaron en ejemplo para nosotros, ya que, a pesar de haber perdido sus casas y enseres, jamás perdieron su fe”, sostuvo Rubén León, joven de la parroquia “San Juan Bautista” de Coquimbo.

En tanto, Cristopher Vergara, coordinador de la Pastoral Juvenil de la parroquia “El Sagrario-La Merced” de La Serena agregó: “fue un caminar especial, en el caso particular de nuestro grupo tuvimos la compañía de varios jóvenes que peregrinaban por primera vez. Fue una experiencia bonita, alegre y unida. Al momento de subir cada cerro y avanzar por el sendero, le ofrecimos a la chinita nuestros dolores y alegrías”.

Cabe destacar que durante la Eucaristía los jóvenes presentaron ante el Altar del Señor una pala y una imagen dañada, como signos de esperanza y solidaridad ante los daños causados por el terremoto que azotó la zona y que movilizó una cruzada solidaria digna de ejemplo y admiración.

 

Misa juvenil

Eucaristía Solemne

Procesión


    
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